El diálogo interno “tienes que ser feliz” no alcanza para que lo seas, entender como se produce la felicidad te ayudará a sentirla, te comparto algunos tips

Consigues ser tan feliz como aprendes a serlo. Es una construcción que debe alejarse de algunas creencias modernas que hacen buscar la felicidad donde no la sentirás, obstruyendo el alcanzarla. Por lo tanto, el mayor enemigo de la felicidad es el desconocimiento.

Te has preguntado: ¿Por qué antes vendías menos y estabas más alegre que ahora que doblaste la cantidad? ¿Te hace realmente feliz tener dinero? ¿comprarte la última computadora o comer en el mejor restaurante? ¿Qué determina que una persona aparentemente sienta mayor bienestar que otras ante escenarios similares?  Te lo cuento en las siguientes líneas.

La felicidad es una percepción individual de estar recorriendo el camino correcto en áreas familiares, físicas, sociales, económicas y psicológicas, entre otras.

Marita Castro en su conferencia llamada “Neurofisiología de la felicidad” que presentó en el Congreso de la Asociación Educar el 2015 menciona que el 50% de la felicidad está determinada por la genética, el 40 por ciento por las cosas que hacemos y solo el 10% por lo que tenemos, muy aplicable cuando hay ciertas necesidades básicas cubiertas. Es difícil ser feliz si estás pasando hambre, frío o estás enfermo. Se puede lograr, pero es un complejo desafío.

Cuando piensas en algo que deseas, “yo quiero comer un chocolate”, se estimula una parte de tu cerebro, el sistema de anticipación y recompensa. Se libera el neurotransmisor llamado dopamina

Su efecto en tu cuerpo hará que te actives para ir en busca de lo que ansías, produce tu movimiento, puede ser que te levantes para ir a una tienda a obtenerlo o busques algún trozo que ha sobrevivido de ser comido en los días previos. 

Lo compras, te lo comes, consigues lo que deseabas, viene la consumación frenando el circuito de recompensa, acabándose el placer. A los pocos minutos, te das cuenta de que no tuvo el mismo placer imaginarte comerlo como hacerlo. Mascas un segundo pedazo, pero ya no es el mismo goce. Esto es el mismo principio de las adicciones.

El área más evolucionada del cerebro, la corteza, observa el mundo exterior como un caos de detalles hasta que tu sistema límbico, encargado de las emociones, las etiqueta como buenas o malas para ti. 

Los diálogos internos como “tienes que ser feliz” no alcanzan para que lo seas, por la simple razón de que no pueden generar “neurotransmisores felices”. De ahí que no resulte pensar una y otra vez en ser feliz.

Neurociencia detrás de la felicidad

La neurociencia explica que la felicidad va de la mano de la neuroplasticidad, capacidad de adaptarse del sistema nervioso. Al incluir ciertas conductas, efectivamente se puede cambiar el estado del ser. Al repetir acciones, se crean y fortalecen nuevas redes neuronales, permitiendo el aprendizaje y la memorización. Como desistir de hacerlas, estas se debilitan y olvidan.

La epigenética es una disciplina que estudia las relaciones existentes entre factores ambientales como alimentación, estrés, meditación, relajación y horas de sueño, con la activación y la desactivación de genes. 

Avala que no solo te defines por lo que eres desde el punto de vista genético, sino por las actividades que plasmes, ya que decidirán cuán feliz puedas ser en tu vida. Tener buena información permitirá hacer mejores elecciones de cómo vivir la vida.

Las redes sociales pueden ser una fuente de confusión, ya que pareciera por las fotos que se publican, que la felicidad está en comer cosas excéntricas, comprarse ropa y verse siempre riendo. Y si estás en tu casa con ropa normal y comiendo algo sano, pero no tan elegante, ¿qué crees que le pasa al cerebro? ¡Se desanima! Piensa que tu vida es un desastre. 

La corteza prefrontal actúa como un simulador de la realidad, que permite imaginarte cosas o experiencias que deseas, con el fin de evaluar si necesitas tomar algún resguardo antes de vivirlas. Quiere asegurar tu supervivencia. 

Por ejemplo, un día de invierno quieres ir al cine a ver un estreno, al fantasear te hará evaluar si la ropa que vistes es lo suficientemente gruesa para no pasar frío y evitar enfermarte. Pero también origina premisas falsas, como que la película será extraordinaria, que la disfrutarás más allá de la realidad, pudiendo producir bajo placer al vivir la experiencia. La imaginación superó la realidad.

Tipos de felicidad

Hay dos tipos de felicidad. Una llamada hedónica: que considera el placer como la finalidad del objeto de la vida, basada en satisfacciones al alcanzar algo, como comprarse ropa, tener sexo, comer. Evita el dolor. Pero tiene un enemigo implacable que es la fatiga sensorial del estímulo repetitivo, llamada adaptación hedónica sensorial. 

La adaptación sensorial es similar a cuando te pones un perfume y luego de un rato no lo hueles, o si estás en un lugar donde se escucha el ruido del aire acondicionado, a los minutos no lo escuchas.

 En el ejemplo del pedazo de chocolate que, al comerte el segundo trozo, el placer ha caído. Los neurotransmisores involucrados en el placer necesitan un estímulo mayor para ser liberados. 

La otra felicidad es la eudaimónica, está relacionada con tener metas significativas, como crecimiento personal, relaciones positivas, altruismo, vida con sentido. Esto estimula de manera favorable el sistema inmune, disminuye los potenciales de inflamación y aumenta la expresión de genes vinculados a anticuerpos y antivirales. 

A pesar de que ambos tipos son necesarias, la felicidad hedónica aumenta los niveles de inflamación y escasez de anticuerpo en el organismo.

Secretos de la felicidad

Uno de los secretos de la felicidad es dominar el deseo y posponer el placer a corto plazo, así puedes superar la adaptación sensorial. 

Si inviertes tiempo en acariciar, sonreír, abrazar, agradecer, disfrutar de unas lindas vacaciones, conocer otras culturas y compartir con otros, el sistema de recompensa se siente fortalecido y no se agota, el placer se prolonga en el tiempo. 

Cada vez que sonreímos o abrazamos es una nueva experiencia, no la misma repetida. La Universidad de Arizona habla en un estudio de que las personas felices ven el futuro con optimismo, son agradecidas y conversan temas transcendentales, se vuelve un círculo virtuoso.

Neurotips para ser más feliz

Neurotips, porque son acciones que buscan construir un nuevo circuito neuronal. Puedes sentir como que tratas de abrir un sendero a través de una densa selva. Cada paso requiere de gran esfuerzo y el nuevo camino puede desparecer bajo la maleza si no lo usas nuevamente en forma rápida. 

Su eficiencia puede ser cuestionada a ratos, es más fácil seguir siendo de la manera antigua, aunque no estés conforme con tu vida. Hay tendencia a quedarse “pegados” en los circuitos existentes, hábitos y conductas conocidos. Si quieres saber más sobre porqué cuesta tanto cambiar te recomiendo este blog que escribí hace un tiempo

Para conquistar tus sueños, sigue los siguientes pasos:

Elige 3 opciones de esta lista que te estimulen realizar y que creas que van a tener un mayor impacto positivo en tu vida. 

Revisa que tienes los recursos para lograrlo y agenda los horarios y días. 

Chequea diariamente el cumplimiento de ellos. 

Si fallas, recuerda que estás construyendo una nueva ruta y eso puede tomar tiempo, a volver a intentarlo. 

1) Alimentarte sanamente: Si no sabes qué comer, visita un nutricionista que te indique lo adecuado para ti y dedica tiempo a comer, no tragues todo en minutos.

2) Realizar ejercicio físico: correr, caminar, nadar, entre otras, de 3 a 5 veces a la semana, a los menos 30 minutos cada vez.

3) Dormir: la cantidad de horas que sientas que es un sueño reparador, que al despertarte sientas el descanso. Este proceso natural no solo es fundamental para la producción adecuada de neurotransmisores y sustancias neuroendocrinas, sino también para el aprendizaje. Mejora el rendimiento cognitivo y atencional. 

4) Hacer recreos: salir a respirar aire fresco por 5 minutos, caminar, levantarte de tu escritorio para tomar agua o un café para descansar la mente. Leer algo por esparcimiento. 

5) Tener una red de contención: La sociabilidad está demostrada como antidepresiva y puede ayudarte a bajar el volumen de la mente hipercrítica

6) Limitar el uso de la tecnología: reducir el número de horas frente a las pantallas, sobre todo en horas previas al descanso, ya que puede producir insomnio o un sueño de mala calidad. Elije leer o escuchar música.

7) Tener contacto con la naturaleza la mayor cantidad de tiempo posible, con la debida protección. El sol es necesario para la producción de algunas vitaminas. 

8) Tener contacto con animales, mascotas es ansiolítico. 

9) Escribir 3 cosas cada día para agradecer aumenta el estado de bienestar.

10) Quejarse menos: la queja te aleja del bienestar. 

11) Expresar y comunicar tus emociones sanamente evitará conflictos e, incluso, enfermedades físicas. 

12) Reír al menos 15 minutos al día tiene una infinidad de efectos favorables en el organismo. Si no encuentras razones para hacerlo, busca una buena película en Netflix o llama a esas personas que siempre hacen reír.

La felicidad es un tema personal que se extiende a las organizaciones, mientras más personas tengan el conocimiento de su neurofisiología y esté dispuesta a realizar cambios en su vida, será más fácil sentirla y contagiar con ella.

Al sentirte feliz, no solo aumentará el nivel de bienestar en tu vida, sino que tu entorno laboral te percibirá como una persona optimista, estimularás sus neuronas espejo (sistema de empatía) y ellos también sentirán los beneficios de tu trabajo en felicidad.

Si tienes por ahí colegas o familiares que les está costando sentirse feliz, te invito a compartir este blog y a suscribirte si aún no lo has hecho. Cada semana escribo artículos sobre neurociencia y coaching para acompañarte a desarrollar habilidades necesarias para que un líder enfrente un mundo cambiante y desafiante como el que vivimos. Te veo en el próximo.

Gracias

Paula