Resolver ProblemasEn un mundo como el de hoy, donde todo cambia muy rápido, la teoría de ayer, no es la de hoy, lo que aprendiste en la universidad muchas veces queda obsoleto antes que entres a trabajar. Se debe estar preparado para resolver problemas, enfrentar cambios y lidiar con sorpresas. Soltar el control y fluir por la vida como un niño de 2 años, siempre dispuesto a incorporar nuevos conocimientos, disfrutando cada momento, debiera ser la mejor forma de actuar y lo que muchas veces buscan las organizaciones. Pero debe entenderse que aunque compartimos estructuras cerebrales parecidas, los seres humanos tenemos mapas mentales distintos.

Esa forma de ver el mundo que es única, producto de las experiencias de vida, las emociones vividas, parte de la genética recibida, han dejado una huella en el cerebro, que explica por qué se actúa y se piensa de la manera que se hace. Por ejemplo, esto lleva a que dos individuos de la misma edad, sexo, que estudiaron en la misma universidad al entrar a un trabajo uno sienta que todos a su alrededor son personas muy autoritarias y que imponen las cosas, pero al otro le puede parecer genial eso de no tomar el riesgo de pensar y que todo ya esté por escrito en algún manual. La manera de mirar y vivir el mundo es distinta. No es bueno, ni es malo, solo es diferente y según en el contexto que se esté puede ser beneficioso o no. Tal vez puede producir un desgaste emocional si siempre se está tratando de cambiar, lo que la organización no está dispuesta a resolver y que no ve como un problema. Quizás en esa situación se debe analizar si se está en el lugar inadecuado y salir a buscar un nuevo empleo.

Cuando las personas por sí solas solucionan un problema, se libera un neurotransmisor llamado adrenalina, lo que produce un estado de excitación y motivación momentáneo. Esto es uno de los principios científicos del coaching, donde no se ofrecen soluciones, sino preguntas poderosas para que los propios individuos encuentren sus propias soluciones. Para que las visiones y soluciones sean útiles deben generarse en el interior de las organizaciones, no mostrarla como métodos autoimpuestos. Los procesos de Team coaching pueden lograr que se resuelvan problemas con iniciativas y compromisos creados en el interior de los grupos de trabajo.

La liberación de adrenalina, más la secreción de dopamina por el momento positivo de satisfacción de resolver un tema, son las energías necesarias para facilitar la adopción de procedimientos, revolver problemas o los cambios organizacionales requeridos. Estas sustancias incluso luchan con los efectos de miedo que puede producir un cambio.
Investigadores como Kopelman han concluido que un programa de entrenamiento mejoraba la productividad hasta en un 25%, pero un proceso de coaching de equipos bien orientados, lograba sobre el 80%. ¿Has pensado en un proceso de coaching para tu equipo de trabajo?