Colaborar, ayudar a otros ya sea en tu oficina, en la casa o a los amigos, a veces se vuelve una tarea titánica. Las razones son variadas, desde que no hay tiempo, poca energía para realizar tareas de otros, como la no empatía con los compañeros de trabajo. Pero ¿si supieras que colaborar, ser bondadoso, altruista, tiene efectos muy beneficiosos para tu salud?, puede tal vez ser un estímulo para pensar dos veces, antes de decir “NO” cuando alguien solicite tu ayuda, incluso cuando no te la pidan, pero veas que puedes ser un aporte.
Cuando ayudas a una persona se libera en tu cuerpo un neuropéptido llamado Oxitocina, que es la encargada de regular procesos biológicos de la vida emocional. Es conocida como la hormona del amor, influye en la vida sexual, afectiva y empatía. En el 2004 Paula Zack descubrió que esta hormona permite que las personas confíen en otros. Se libera también cuando hay contacto físico, como por ejemplo por medio de un abrazo, o cuando recibimos un masaje.
La Oxitocina desactiva el área del cerebro llamado amígdala, que genera miedo y ansiedad entre otras emociones. Al liberarnos los seres humanos del miedo podemos ser más confiados y generosos, sin contar todos los efectos positivos que tiene sobre la creatividad y productividad. Hay que recordar que todos estos son estados no conscientes, nadie quiere ser ansioso, ni sentir miedo por la vida. Son mecanismos de protección milenarios, que tenían como objetivo perpetuar la especie y salvaguardia. Pero todos los estímulos que a diario se reciben como amenaza: “que el año se ve malo en la economía”, “que en la empresa hay un plan de reducción de personal”, “el tráfico”, todo el estrés diario, los han convertido en emociones que bloquean y no permiten que alcancen sus potenciales máximos. Si tu cerebro cree que estás siendo amenazado, piensa que es el momento de ahorrar energía y no perderla ayudando. Por lo tanto, no es que no se quiera ser generoso y ayudar, a veces se cree de verdad que no se puede, el recurso se ve limitado. El egoísmo, la falta de compromiso, es determinado por nuestro sistema nervioso central. El conocer como funcionamos, estar atento, permite generar los cambios. Si no puedes solo, se debe pedir ayuda.
Piensa por un minuto ¿qué harías hoy, si no te sintieras con ansiedad o tuvieras miedo?
El ayudar, ser generosos, altruistas: estimula el sistema inmune, incrementa la motilidad intestinal, normaliza los niveles de azúcar, aumenta de cantidad de vasos sanguíneos al corazón, todos estos son efectos descritos por estudios de Monstein y Grahn y otros científicos en el 2004. Esto se produce, ya que estas partes del cuerpo tienen receptores para Oxitocina.
Por lo tanto, ayudar mejora la salud, es la mejor inversión que puedes hacer en tu vida.
Para generar ambientes colaborativos coloca en un difusor eléctrico aceite esencial de verbena, no te vas a arrepentir.
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