Experiencias vividas en tu ambiente laboral se guardan en la memoria de contexto lo que influye en tu comportamiento y toma de decisiones.
Un día llegó a mi oficina una líder de equipo de una multinacional, que llamaremos Daniela, siempre tuvo un desempeño destacado, reconocida en su equipo por sus decisiones oportunas y certeras.
Un día el gerente de su área se presentó en la reunión de programación de la semana y empezó a criticar publicamente su trabajo. Ella se paralizó, quedó en silencio y no supo que hacer.
Desde ese día, siente que perdió credibilidad con su equipo y que cada vez que tiene una reunión con ellos, aumenta el latido de su corazón y empieza a sudar. No sabe como seguir liderando sin que implique tanto estrés para ella, se siente confundida y con falta de confianza.
Lo primero que trabajamos fue, aumentar su conocimiento en neurociencias aplicadas al liderazgo, ya que eso la haría comprender lo que le había sucedido desde lo biológico, para luego crear una estretagia para resignificar el evento.
O sea tomar los aprendizajes de lo ocurrido y bajar el volumen a la mente hipercrítica, para seguir adelante liderando a su equipo de buena forma como siempre lo hizo, considerando la diversidad cognitiva.
Estímulos ingresan a tu cerebro
La información proveniente del mundo exterior, cómo el ruido que emiten los equipos de aire acondicionado en tu oficina, la temperatura de una sala de reuniones, la luz que hay en el hall de recepción, el sonido producido de conversaciones que escuchas a los lejos sin ni darte cuenta de lo que hablan, todo entra a tu cerebro.
Todos esos estímulos ingresan a través de los órganos de los sentidos al cerebro y lo interpreta según la memoria que tenga guardada, influyendo el estado emocional que tengas en el momento, el contexto, exigencias, entre otras. Por eso un hecho puede ser experimentado de forma única por cada persona.
En el cerebro, una estructura llamada tálamo es la encargada de unir toda esa información que recibes para integrarla y posteriormente será evaluada como a favor o en contra de tu supervivencia por otras áreas.
Cerebro old fashion
El cerebro terminó de formarse hace 160 mil años en la sabana africana, fue desarrollado para actuar en ese ambiente. Donde era importante reaccionar frente a un estímulo de forma rápida, más que precisa y agresivamente de ser necesario para asegurar la supervivencia en vez de sentarse a reflexionar. Todo busca evitar ser presa para depredadores de la época.
Si tenemos prácticamente el mismo modelo de cerebro “old fashion”, la adaptación al mundo moderno cambiante, incierto y a veces frágil resulta complicado. Como imaginarás, el ambito laboral es un gran desafío.
Al experimentas dolor o placer, tu cerebro emocional buscará la causa que lo produjo y lo registrará en la memoria para facilitar las decisiones del futuro. En tu ambiente laboral puede traducirse “dolor”, como la reunión que tuvo Daniela con su gerente o “placer” todas esas veces que recibió elogios de su equipo u otras áreas por sus resultados.
Pero esta evaluación de la vía del dolor, así como la del placer, pueden fallar. Con muy poca información deben decidir y además tienen codificados como peligrosas o beneficiosa muchas cosas que no lo son en realidad. Esto en parte explica lo que le sucedió a Daniela, pero tengo más para contarte.
Camino corto
La función principal de tu cerebro es tu supervivencia, entonces realiza primero una evaluación de los estímulos en un sistema llamado “camino corto”. Se caracteriza por ser rápido, usa pocos datos de todos los recibidos (lo que puede llevar a error), utiliza bancos de memoria básicos, instintivos y emocionales. Cuida de ti en el “aquí y ahora”
Las expresiones faciales del gerente de Daniela, que eran para ella una evidente desaprobación de su gestión, activaron su camino corto, despertando su sistema de alerta, como “dolor”.
Su respuesta básica para enfrentar este estímulo fue quedarse quieta sin hacer nada. Pero existen otras respuestas que se pueden producir que han sido probadas evolutivamente para garantizar la supervivencia como: atacar o lucha de defensa, huida o evitación, ataque ofensivo, sumisión o inhibición de acción.
Cada vez que algo activa el sistema de amenaza, las posibles causas que lo produjieron quedan registradas en el banco de memoria emocional, la que codifica los componentes de una situación que se vivió como riesgo.
A partir de la experiencia que vivió Daniela con su gerente, todos los componentes como la sala de reuniones, algunos integrantes del equipo, incluso el día martes que se realizó pasarán a ser estímulos considerados peligrosos para la supervivencia, aunque realmente no lo sean. Cada uno de ellos es sinónimo de amenaza. A esto se le llama memoria de contexto.
Estos estímulos quedan guardados en la memoria creando un contexto de peligro, que en el caso de Daniela, fue de rechazo. Por eso cada vez que tenía las reuniones sentía un aumento de latidos de su corazón y sudaba. Todo lo hacía recordar el fatidico día.
Cuando la memoria de contexto afecta tu desempeño
Las conexiones neuronales que se producen por estímulos no son fijas o indelebles, excepto los relacionadas con situaciones extredamente intensas o ocurridas a muy temprana edad.
En el caso de Daniela lo ocurrido con su gerente estaba afectando su desempeño, luego de comprender su biología y como la memoria de contexto tenía que ver en ello, contruimos un plan con reflexiones y resignificación
La resignifiación la llevó a analizar sus aprendizajes. El primero fue descubrir lo importante que es pedir ayuda cuando alguna situación lo amerita, lo segundo ganar una nueva habilidad como es conocer de neurociencias aplicadas al liderazgo y tercero llevó por varios meses un registro semanal de las reuniones donde escribía:
- ¿Cómo me hace sentir trabajar con tal persona?
- ¿Qué tipo de expresión tuvo esa persona?
- ¿Qué tipo de reacción tuve con esa persona?
- ¿Qué reacción habría preferido tener?
- ¿Qué puedo hacer mejor a próxima vez?
Además fue más compasiva incluso con el gerente que la hizo vivir esa experiencia, pensó que quizás él también estaba siendo «presa» de su cerebro y estaba sobre reaccionando en la reunión y terminó internamente hasta agradeciendo lo sucedido, ya que la hizo crecer más como líder. Fortaleció su growth mindset.
Poco a poco empezó a aumentar su confianza y además compartió lo de memoria de contexto con su equipo y algo de neurociencias aplicadas que aprendió en las sesiones. Asi aumentó la comprensión del equipo lo que les podía suceder en algunas ocasiones y lo importante de cuidar la forma de expresar las opiniones en las reuniones.
En otro artículo te voy a compartir las reacciones que pueden suceder cuando los estímulos que se viven activan el sistema de recompensa en tu cerebro y sobre el “camino largo”, que lleva a la reflexión y más análisis de los estímulos.
Comparte este artículo así puedes ayudar a más personas a entenderse y a ocuparse del feedback que entregan y la forma que tienen conversaciones con los integrantes de sus equipos.
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Nos encontramos la próxima semana
Paula
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