Cómo tomar las mejores decisiones: Neurociencia aplicada a las organizacionesEn la realidad del día de hoy, donde los cambios y los eventos inesperados son parte de las rutinas en las empresas y de la vida diaria de las personas, los aportes que hicieron algunos modelos de gestión, liderazgo, con fórmulas orientadas a encontrar las soluciones en el afuera, necesitan replantearse, sobre todo con los descubrimientos que ha realizado la neurociencia desde la década del 90.
La neurociencia con su contribución en el conocimiento del funcionamiento cerebral, explica cómo toman las decisiones los seres humanos, qué pasa en el cerebro cuando se ve una publicidad, cómo afecta el estrés en la vida diaria, cómo las emociones influyen en el desempeño laboral, cómo compran los individuos, entre otras revelaciones. Además, aporta herramientas para poder modelar, orientar y entender a las personas. Así, tomar las mejores decisiones que favorezcan a las organizaciones y a la felicidad laboral.
Aldo Rustichini, profesor de neuroeconomía de la Universidad de Cambridge comenta “que el 90% de las decisiones que tomamos son inconscientes y buscamos justificarlas con argumentos racionales”. Entonces, lo que compraste ayer, lo que decidiste como estrategia de tu empresa, todo tiene una base no consciente, lo cual no significa que sean imprudentes y sin base en elementos de juicio.

La pregunta es entonces: ¿Cómo tomamos las mejores decisiones? ¿Cómo vendemos de mejor manera a nuestros clientes y nuestras ideas? ¿Cómo mejoramos nuestra comunicación?

Es imprescindible conocer cómo funciona el cerebro de nuestros colaboradores, de los consumidores y así mismo entregar al cerebro de cada uno de nosotros todos los elementos que le permitan buscar en su interior las respuestas y mejorar las herramientas para el liderazgo, management, técnicas de ventas, comunicación, ya existentes. A lo anterior se agrega que esta área de la ciencia estimula también la creatividad y la innovación, así se encuentran las mejores respuestas y se está preparado para un mundo que cambia rápidamente.

Existe una estrecha relación entre mente, cerebro, cuerpo y medio ambiente; todo está interrelacionado, se recibe mucha información a través de los sentidos, esto tiene respuesta en los pensamientos y en la manera de actuar, aunque es un proceso muy automático y sin tener real conocimiento qué está pasando. Entornos con un mal ambiente laboral, estrés, falta de motivación, finalmente terminarán afectando a todos sus integrantes. Podemos influir las cosas que ingresamos a nuestra mente y cómo gestionar aquellas que producen daño. Esto necesita entrenamiento, pero puede lograrse.
Liderar equipos que puedan influir positivamente y sobrepasen los límites de las individualidades y de las organizaciones, es un gran desafío que la neurociencia aplicada ha entregado conocimientos sólidos para su implementación.
Como mencioné anteriormente, los órganos de los sentidos reciben información, en especial el olfato, única parte que el sistema nervioso central está conectado con el medio ambiente, por esto sugiero para ambientes laborales, aceite esencial de Lemongrass en un difusor eléctrico, estimula la concentración y disminuye el estrés. ¿Te atreves a probarlo?

https://youtu.be/cLLpp8L7MqQ