El concepto de “romper el corazón” pareció algo abstracto y de novelas por mucho tiempo pero la neurociencia nos ha entregado uno más de sus regalos que es conocer los efectos físicos del desamor en el cuerpo y, por supuesto, en el cerebro.
El cerebro tiene una zona llamada cingular anterior, que se estimula cuando nuestro cuerpo recibe injurias como quemaduras o cortes, esta misma área es la que se estimula cuando hay dolor emocional si te sientes excluido o con pérdida del ser amado. Por lo tanto, dolor emocional y dolor físico no son diferentes. Incluso muchas personas reportan, en procesos de coaching, que prefieren un dolor físico que uno del corazón.
El dolor del cuerpo nos protege como especie, así nos previene de riesgos. Si algo nos duele, como quemarnos, nos alejamos. El estar con otras personas también es un mecanismo de preservación. En la antigüedad, era mas fácil sobrevivir en comunidad para defendernos de los peligros, como que nos comiera un dinosaurio, cazar juntos, conservar el calor, reproducirnos, alimentarnos. Algo así como “si yo te cuido, tu me cuidas”. Por esto tal como nos alejamos de algo que nos duele físicamente, no queremos estar solos.
Al estar sin un ser amado, aumentan los niveles de cortisol y baja la epinefrina, produciendo una reacción de estrés, ansiedad, y contribuye a la depresión. Es difícil entonces lograr concentrarse y rendir en la vida diaria y laboral.
Cuando en nuestro equipo laboral tenemos personas que están sufriendo emocionalmente, se deben apoyar, si no, irremediablemente, tarde o temprano, llegará el efecto a la oficina. Eso de “mi vida personal queda fuera”, es hasta por ahí no más. ¿Cómo dejas el cerebro en casa?
¿Qué estrategia utilizas entonces?
Lo primero es aceptar que es un tiempo de caos, que se mueve el piso, con futuro incierto, posiblemente lleno de miedos, todo lo que para el cerebro implica un gran gasto energético y sensación de peligro. Tal como se coloca una bendita para un corte, se debe tomar una acción para un dolor emocional.
Lo primero es dejar que todo se decante, no tomes decisiones precipitadas. Recuerda que un cerebro bajo estrés no toma las mejores decisiones. Ojalá pudieras tomar unos días libres, pero sin aislarte, el acompañamiento social ayuda a disminuir el dolor. Nada mejor que llorar en brazos de lo amigos, eso produce la liberación de varios neurotransmisores que ayuden a que todo vaya mejorando.
Si en estos momentos estás con el corazón roto, sólo piensa una cosa, que intentaste algo grande. Amar es parte de la vida, hacer algo distinto es como tratar de comer una sopa con un tenedor. Para obtener algo extraordinario hay que ir con todo.
Para pegar los trozos de un corazón roto, recomiendo tres aceites esenciales Rosa, Melisa y Jazmín, una mezcla para remediar el duelo, dejar ir y mucha contención. Diluye 6 gotas totales en 10 ml de aceite de almendra y colócalo en planta de pies dos veces al dia cuanto sea necesario. El tiempo es el mejor amigo, no hay amor ni dolor que dure para siempre.
Te invito a ver este video que habla de los desencuentro y de la ilusión.
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