Las palabras abren espacios emocionales que pueden producir cambios en los estados de ánimo. Decir lo adecuado en el momento preciso puede influenciar positivamente a los que están a tu alrededor, entregando dicha y paz.
Si te cuesta conectarte con la alegría y te invade el la tristeza, el miedo, el enojo, puede ser por un patrón genético hereditario o por circunstancias de la vida que the han llevado a esto. El sistema límbico y en particular la amígdala, están tomando el control en tu vida. Lo interesante es que el cerebro se puede modificar, así mirar el mundo de otra manera, poder expresarte con las palabras regenerativas que producen los cambios.
Es importante reconocer dónde está tu foco de atención, dónde colocas tus energías, ya que los entornos y los hábitos también influencian nuestro humor. Estar con gente alegre, reír, hacer ejercicio físico, todo esto ayuda a transformar las estructura de tu cerebro en corto tiempo. Pero si todo esto lo sabemos, lo escuchamos, ¿por qué no lo hacemos?
El cerebro es un vago, siempre trata de gastar la menos energía, salir de la zona de confort es gasto. Pensar en dejar cosas conecta con las pérdidas, sobre todo si has tenido muchas en tu vida, evitaras al máximo eso. Me parece que incluir nuevos hábitos, suena menos amenazante que “dejar cosas”.
Lo que está en tu mente, los pensamientos, luego pasan a palabras, una vez que salen de nuestra boca, nos volvemos cautivos de ellas, no podemos recogerlas, dejando una huella en nuestro camino.
¿Pero que pasa con todas esas palabras que no hemos dicho? Por qué no quisimos herir a alguien ¿pero no es tal vez el silencio lo que pudo cambiar el destino de una situación?.
Me parece fundamental nunca hablar con rabia ni tristeza, ya que lo que se diga no será lo mejor que se pudo decir. Estamos dejando fuera la parte frontal del cerebro que es la que lleva el mando racional, nuestro gerente de área.
Para no arrepentirse luego, sugiero dejar un tiempo para evaluar las situaciones, incluso 48 horas. Si aun eso vale la pena, coméntalo. Si no mejor déjalo pasar. Recuerda que las palabras tienen la fuerza para construir y derribar lo que hemos tardado en levantar.
Si te cuesta expresar lo que te pasa, tomate unos minutos para reflexionar a qué crees que se puede deber esto, escribe en un papel tus sentimientos para que luego puedas expresarlo al otro en el idioma que entienda.
El aceite esencial de Árbol de Te con Melisa te permite que salgan las palabras con dulzura de tu corazón.
Mira esta video que con humor explica lo importante de hablarle al otro con las palabras que entiendan ya que ellas crean realidades.
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